¿Qué son los “kilómetros alimentarios” y por qué son importantes?
¿Alguna vez has considerado la distancia que recorren tus alimentos para llegar a tu plato? El término "kilómetros alimentarios" se refiere a la distancia que recorren los alimentos desde la granja (o el lugar de producción) hasta el consumidor. En nuestro sistema alimentario global moderno, este recorrido puede ser asombrosamente largo: un producto alimenticio promedio recorre unos 2500 km antes de ser consumido . Cada uno de esos kilómetros aumenta la huella de carbono de tus alimentos debido al consumo de combustible y las emisiones del transporte. De hecho, el transporte de alimentos se ha convertido en un símbolo visible del coste ambiental, impulsando un movimiento hacia la compra de productos locales para reducir estas distancias.
Reducir el kilometraje de los alimentos es importante porque cuanto más lejos viajan los alimentos, más gases de efecto invernadero emiten los camiones, barcos o aviones que los transportan. El transporte de larga distancia, y especialmente el transporte aéreo, consume mucha energía y es contaminante. Las emisiones de carbono del transporte de alimentos contribuyen al cambio climático, aunque el transporte sea solo una parte del impacto ambiental general de los alimentos. Al elegir alimentos locales o de cosecha propia, los consumidores pueden reducir directamente las emisiones de su dieta relacionadas con el transporte. Es un concepto simple: menos distancia equivale a menos combustible quemado. Además, adoptar alimentos locales a menudo significa consumir productos más frescos y de temporada y apoyar a los agricultores comunitarios, lo que suma beneficios sociales a los ambientales.
Tu huerto en el alféizar de la ventana: comida ultralocal, sin necesidad de viajar
Una forma eficaz de reducir prácticamente a cero el consumo de alimentos es cultivar microvegetales y hierbas aromáticas en casa, en el alféizar de la ventana . Si una típica verdura o hierba aromática recorre cientos o miles de kilómetros desde la granja hasta el centro de distribución, la tienda y, finalmente, tu hogar, un microvegetal cultivado en el alféizar de la ventana solo viaja unos pasos de la maceta al plato. ¡No hay nada más local que eso!
Al cultivar microvegetales en casa, eliminas la necesidad de transportarlos de la granja a la tienda y al plato . Cada bolsa de ensalada o caja de verduras que reemplazas con microvegetales cultivados en casa es un producto menos que se envía por carretera o por avión. Esta localización reduce significativamente las emisiones de carbono asociadas con el transporte de alimentos . En esencia, tu "granja" personal en la repisa de la ventana produce verduras ultrafrescas con una huella de transporte prácticamente nula . Disfrutas de productos cultivados a metros de distancia, en lugar de megaproductos traídos desde el otro lado del mundo.
Considere un ejemplo: En lugar de comprar espinacas cultivadas en otro país y transportarlas en camión al supermercado, podría cosechar brotes de guisantes o microvegetales de rábano cultivados en casa. El recorrido de las espinacas compradas en la tienda podría ser de más de 2500 kilómetros, mientras que el de sus microvegetales es de 30 centímetros. El ahorro de carbono al evitar ese transporte es sustancial. Una fuente señala que cultivar microvegetales en casa elimina por completo las emisiones asociadas al transporte de productos comprados en la tienda . Además, se evitan las emisiones de refrigeración y almacenamiento que se producen en la cadena de suministro, ya que la cosecha llega directamente a su plato cuando la necesita.
Pequeños verdes, gran impacto en la huella de carbono
Los microvegetales son diminutos, pero pueden desempeñar un papel importante en un estilo de vida sostenible . Al eliminar las largas cadenas de suministro, no solo se reducen las emisiones del transporte, sino que también es probable que se reduzcan los residuos de envases y el consumo de energía asociados a la agricultura comercial. Un huerto en el alféizar de la ventana produce justo lo necesario para ti, sin necesidad de envases de plástico ni almacenamiento en frío a largo plazo (más información sobre el tema de los envases en el siguiente artículo).
Es cierto que el transporte es solo una parte del impacto ambiental general de los alimentos; los métodos de producción, el uso del suelo y el envasado también son importantes. Sin embargo, el recorrido de los alimentos es una parte de la ecuación en la que las personas pueden influir directamente. Cultivar incluso una porción de tus propios alimentos es una medida empoderadora para reducir tu huella de carbono personal. En esencia, te estás posicionando contra la cadena de suministro global de altas emisiones al localizarla en tu hogar. Esto se alinea con un movimiento más amplio de alimentación sostenible centrado en la "localización", que fortalece la seguridad alimentaria de la comunidad y reduce las emisiones.
Además, la jardinería en el alféizar de la ventana puede generar conciencia. Cuando empiezas a prestar atención a cómo crecen los alimentos y a qué distancia viajan, te conviertes en un consumidor más consciente. Muchas personas descubren que la jardinería doméstica les lleva a buscar más mercados agrícolas locales y productos de temporada, reduciendo aún más su promedio de kilómetros de alimentos y apoyando la agricultura local . Es un efecto dominó de cambio positivo que comienza con unas cuantas macetas de verduras en un alféizar soleado.
En resumen, un microhuerto en el alféizar de la ventana puede parecer pequeño, pero aborda directamente un gran problema ambiental . Al reducir drásticamente el efecto de "comida del otro lado del mundo", tus verduras cultivadas en casa reducen drásticamente las emisiones de carbono asociadas con tu dieta. Es fresco, sabroso y un paso significativo hacia un estilo de vida sostenible y bajo en carbono. En la siguiente sección de nuestra serie sobre vida sostenible, exploraremos otro aspecto de la alimentación ecológica: gestionar una cocina sin residuos con la ayuda de tu microhuerto.